Cuando mi abuelita me decía no pelees con tus hermanos, yo
no sabía porque decía eso, pero creo que todos los que tienen hermanos pasan por
una etapa en la que lo más divertido es pelear.
Hoy ya no peleo con ellos, bueno sí, pero menos que hace
unos años.
La ley de los hermanos es parecida a lo que dijo Darwin en
su teoría del más fuerte; y es que tener
un hermano implica luchar por lo que quieres, tratar de ser mejor que el otro y
que los padres te hagan caso más a ti que al otro. Pero eso no es todo, falta
decir que los golpes son el arma mortal en medio de dos furiosos seres que
buscan conseguir algo.
Gracias a mis padres tuve dos hermanos, ¡hombres! Y puedo
decir que es una guerra constante con ambos, porque creen que soy débil pero
vivir en medio de dos hombres significa ser guerrera y pelear. Es divertido
pelear pero es más divertido que te cuiden. Son celosos pero pues que quieren,
son hombres.
Los niños son más miedosos que las niñas y eso lo sé porque
cuando peleamos me suplican que no grite para que mis papás no se den cuenta
que estamos peleando y yo como buena hermana no grito pero con la condición de
que tienen que darme algo.
Me he divertido, me han hecho llorar pero sobrevivo día a día
en el mundo de los hombres.
Me han enseñado a pelear para cuando necesite hacerlo, me
han ayudado a ser fuerte para cuando un hombre trate de hacerme daño, me han
dado consejos y me ayudan a ser feliz.
Que les podría decir de ellos, me tratan medio bien y medio
mal pero así me caen bien jajaja porque sin ellos mi vida sería desechable.
Mi apodo se lo debo a ellos y eso es mucho.
Gracias hermanos (:
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