18 de junio de 2012

Esperanza.


Tú me das razón para creer en mis raíces.
No sé porque a ti no, pero a mí me gusta México.
Cuando salgo siempre observo la gente que me rodea, las personas que habitan en mi ciudad y cerca de ella.
Daría muchas cosas por verte crecer y verte feliz amor mío, pero no entiendo porque la gente huye de ti, eres hermoso, eres fuerte y nunca te rindes. Gracias a ti he aprendido a valorar lo que es mío, a querer que seamos más buenos contigo porque somos tuyos, Tienes todo lo que los demás quisieran y no entiendo porque huyen de ti, para mí eres el mejor y no solo por ser de aquí, sino porque vives rodeado de riquezas, vives lleno de diversidad natural, cultural, etc.
Me encanta salir y ver tanta gente diferente al lugar donde vivo, existe tanta sabiduría después de una cuidad contaminada, después de una sonrisa hipócrita que veo en ellos.
Ni hablar, yo puedo cambiar algo en mí para ser mejor contigo y te prometo que lo haré, buscaré un refugio para ver como todo lo malo desaparece y se derrumba. No me da pena decir que quiero aprender a hablar una lengua indígena, que quiero vestir un zarape de colores hecho a mano, no me da pena decir que los niños de la sierra son hermosos, no me da pena darle un beso a una mujer indígena, NO SE ME CAERÁ LA CARA POR ESO, al contrario, me contagiará de belleza, esa belleza que todas las mujeres debemos tener, un corazón que sienta más allá del lujo de un vestido importado o de unos zapatos hechos con piel de oso. Que absurdo.
Mi mamá me enseñó que soy igual que los demás y no por ser de ciudad debo ser como los de ciudad, porque yo amo el rancho, amo las cosas que se disfrutan al lado del río, una fogata en medio del bosque y una noche de luna fuera del humo de los autos y fuera de las falsas estrellas que se ven a lo lejos de un lugar cercano.
Yo sé que soy de aquí y si me dices que en vez de mejorar voy hacia atrás, te equivocas y gracias por decírmelo, eso me hace fuerte y me hace pensar que TÚ DEBERÍAS HACER LO MISMO.
Cuando tú le dices naca, india, pata rajada, ella te dice ikniuhtli.
Yo si te amo y te agradezco todo lo que me das, no importa si te ven mal o si te ven derrotado, para mí lo eres todo.
M É X I C O

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