El tamal (del náhuatl tamalli, que significa envuelto) es un
nombre genérico dado a varios platillos americanos de origen indígena
preparados generalmente con harina de maíz cocida normalmente al vapor,
envuelta en hojas de la mazorca de la misma planta de maíz o de plátano, bijao,
maguey, aguacate, canak e incluso papel aluminio o plástico. Lleva relleno, el
cual puede contener carne, vegetales, ají, frutas, salsa, etc. Además pueden
tener sabor dulce o salado.
Existe evidencia de que las culturas predominantes en México
que llevaron el maíz a otras culturas y regiones, también llevaron consigo
platos y formas de cocinar el maíz. Siendo el tamal un método sencillo de
cocción del maíz, es posible pensar que podría haber sido inventado en alguna
de las posibles regiones origen del maíz, es decir desde México, hasta
Sudamérica y de ahí llevado a otras culturas y regiones.
Los tamales son comida típica de México y es cierto que hay
fechas en las que se consumen más que en otras, por ejemplo: Todos santos y Día
de la Candelaria.
Desde siempre es tradición hacer tamales para la ofrenda de
día de muertos, pero con el paso de los años ya no todas las familias lo
acostumbran. Mis abuelas y mi mamá siempre me dicen que tengo que inculcar esa
tradición a mis hijos, pero la verdad es que con todos los cambios que hay en
estos días, no sé si en unos años todavía esté de moda hacer tamales. Por mi
parte voy a dedicar mi tiempo a seguir con la tradición.
Son algo que debería permanecer por todo el tiempo, ya que
debemos sentirnos orgullosos de tener comida como esta, cuidando que jamás nos
cansemos de comer tamales.
Gracias al maíz por darnos todo lo que nos caracteriza,
gracias por dejarnos ser “LOS HIJOS DEL MAÍZ.”
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