No importa si me dices que no, solo necesito que me
escuches. Porque cuando te pedí ayuda estabas pero no totalmente, porque cuando
me dijiste gracias siempre te contesté con una sonrisa.
Fin de esta historia, pero, la pregunta que realmente
importa… ¿hacia dónde voy? – creo que hay mil cosas después de finalizar un
largo periodo y sé que todas las cosas que aprendí van a servirme en algún momento.
Los maestros que jamás se olvidan son aquellos que marcaron mi vida por ese
examen que no acredité, por ese regaño que me hizo enojar o que tal vez me hizo
desearle lo peor.
A todos especialmente a algunos, les digo que gracias por el
tiempo que pasamos en convivencia, el tiempo que se tomaron para orientarme y
ver hacia el futuro, el tiempo que nos tomó reflexionar sobre nuestro presente
y todas esas cosas que nos unían día a día.
Como no extrañar a esas personas que me vieron crecer y que
me vieron reír, llorar, enojada, triste, loca, con ganas de matar a alguien y
muchas cosas más.
Sé que nos volveremos a ver, probablemente no diario y menos
cada fin de semana, pero estoy segura que en la vida encontraremos momentos en
los que la casualidad nos haga encontrarnos para saludar a un amigo que sabe
mucho de ti, a una persona que fue tu compañero, confidente, aliado, tu
hermano.
No debes llorar, las lágrimas déjalas para cuando te digan
una mala noticia de mi. Estoy feliz por salir, porque todos seguiremos nuestros
sueños, todos buscaremos la felicidad y la estabilidad.
Nunca digas nunca, nunca dejes que los malos momentos roben
años de felicidad y mucho menos que el dolor, el odio te cieguen dejando un muy
mal punto de vista en tus ojos.
Amo a mis amigos, extrañaré a mis maestros pero me da gusto
que volemos hacia caminos diferentes y que busquemos lograr todo eso que
soñamos.
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