11 de abril de 2013

Soñar cuesta muy poco...



Desde muy temprano, cuando salgo de mi casa, dibujo una sonrisa en mi rostro para que nadie se dé cuenta de mis problemas cuando los tengo, para demostrar que las malas experiencias no van a arruinarme el día, para brindar confianza a las personas que me encuentre y para decirles que la vida debe tomarse con calma y siempre ser positivos.

Es mentira todo lo que los cuentos de princesas tienen escrito en sus páginas, la vida no se resuelve con una varita mágica y brillos mágicos, las cosas no desaparecen con el hechizo de la bruja y mucho menos se resuelve con las maravillas que hacen las hadas con un bibidi babidi boom.
Es verdad que debemos soñar y perseguir lo anhelado, pero no significa que deseándolo va a llegar así tan de repente. Todo lo que esperamos ser y hacer debemos forjarlo con sabiduría para que llegue como nosotros lo queramos y cuando nosotros lo esperamos.

Nunca está de más pedir ayuda a las personas que creemos son influyentes en nuestras vidas y que sabemos, nunca harán algo malo para dañarnos o lastimarnos de alguna manera. Nunca creas en palabras superficiales que la gente dice para hacerte sentir bien, es cierto que debes tomarlas en cuenta, pero nunca tan enserio para que no afecten tu estado de ánimo cuando se convierta en un falso comentario o en un consejo que no te ayuda para nada en lo que tú necesitas escuchar.

No confíes en cualquier persona, mucho menos en la que mal agradece a tus atenciones, tus preocupaciones, tu ayuda, etc. ya que de la misma manera puede tratarse de un impostor de cariño hacia ti y las cosas que giran en torno a tu persona.
Cree en ti, en lo que eres y en lo que quieres ser. Busca en tu interior esa fuerza que muchas veces buscas en otras personas para resolver un problema o cualquier situación que implica sentimientos; ya sean positivos o negativos. Confía en ti y no busques ser perfecto, solo intenta ser mejor, la perfección nadie la va a tener jamás.
Ten fe y dedica tiempo a lo que de verdad lo requiere, di lo que sientes a quien lo merece y dilo cuando mejor te convenga, pero nunca te quedes callado porque el tiempo jamás regresa.

No esperes que las cosas buenas lleguen a tu puerta, búscalas tu mismo y enfréntate al reto más grande que existe en este mundo, la vida.

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